miércoles, 23 de noviembre de 2011

EL DIA EN QUE COLOMBIA
DEJO DE CREER!

Busco principalmente tocar los corazones de todos los lectores, así, con los hechos pasados, los triunfos, las derrotas, las bienaventuranzas y las tragedias se busque conciencia y se reflexione sobre cuál es el camino que se debe seguir en el arduo trabajo de volver a creer. Invoco a la juventud como garante del éxito en el país a recapacitar y sembrar credibilidad en las nuevas generaciones, que las ilusiones de una prosperidad se vivan y que los oprobios que han tocado los sueños del país sean simplemente “un mal recuerdo”.

Quiero para mi palabra la más suave y persuasiva unción que haya tenido jamás, anhelo abrir la brecha de la esperanza de un nuevo porvenir, destacando las ideas que algún día fueron el epicentro de los sueños de los Colombianos  y buscando el olvido en lo absurdo de nuestra historia, sin ser catalogado simpatizante de ideologías políticas de ninguna índole, ni de izquierda, derecha o centro, no busco ser catalogado “comunista” u “oligarca”, mucho menos conformista, pero no soy partidario de la imparcialidad en el tema que hoy nos atañe, soy parcial en el mismo momento en que me inclino a dejar atrás el sentimiento de incredulidad, desolación, conformismo, al instante de creer que todo está hecho y que nada se puede arreglar, que la política esta consumida por la corrupción y que nunca se podrá redireccionar hacia el éxito, esto que llamamos “COLOMBIA”. 

El país se ha visto en medio de intereses políticos, económicos y sociales de una elite que no ha permitido que la nación se desarrolle, se han suscitado problemas de toda índole que han puesto freno al progreso de Colombia, situaciones que desde antaño han obligado a la ciudadanía a buscar un cambio, una salida, una esperanza, y la forma ha sido siempre la participación en el gobierno, la incesable búsqueda de ser escuchado, la única forma en que las palabras de una población toman fuerza apabullante y vinculante y se vuelven más que un discurso una verdad.

Recuerdos de desesperanza se tienen en la memoria colectiva del país, hechos inaceptables que han marcado la historia de Colombia, situaciones que se asemejan a las peores tragedias que se ha vivido en el mundo entero, experiencias que han sido la chispa que ha encendido revoluciones que al final de cuentas hoy aumentan el ánimo de “dejar de creer”. Podríamos citar infinidad de injusticias, magnicidios, genocidios perpetrados por personas que no quieren ceder su dominio, pero que tampoco buscan un buen vivir. La masacre de las bananeras en Ciénaga a manos de la fuerza pública, cual viva repetición de la historia vivida en el denominado domingo sangriento, originario de la revolución bolchevique. El asesinato de grandes caudillos, Jorge Eliecer Gaitán, Luis Carlos Galán, Jaime Garzón han roto las ganas de creer del pueblo colombiano.

Con balas se ha silenciado la voz de quienes dicen “NO” a seguir callando ante el mal gobierno, con corrupción se ha apuñalado los anhelos de estudio de los niños colombianos, la salud de los trabajadores, la seguridad de un país y el futuro de la juventud. Es injuzgable la posición de aquellos que ya no hallan el porqué pensar que algo puede cambiar, ya que Colombia ha visto en su pasado las grandes perversidades de un país mal gobernado, mal manejado y en el que la democracia es un disfraz para ocultar los grandes males. Alfred Emanuel Smith  afirmaba “todos los males de la democracia pueden curarse con mas democracia”.   Ahora bien ¿hay democracia en Colombia?  ¿Es democracia ser libre para sufragar y no tener una vivienda digna, oportunidades de estudio, ansias de verdad, justicia y reparación?

Es redundante recordar los infinitos hechos que han acaecido en el país y al hacerlo se desviaría el objetivo principal de este articulo, en realidad busco hacer ver que en los grandes sueños nacen las mejores conquistas, de una voz contraria surge la esperanza de millones. Martín Luther King decía “Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano” Hoy retomo sus palabras e insto a que cada uno lo haga lo mismo. El discurso no es “abajo el imperialismo”, “gobierno opresor” o “fuera oligarcas”, esas solo son palabras sin sentido, vacias, en mi concepto si debe haber una revolución, una revolución intelectual, una lucha constante de sembrar ideas y hacerlas realidad, de actos éticos que demuestren fe en lo bueno, de situaciones que revivan las esperanzas, de obras que permitan vivir.

Es verdad que en el país existe corrupción, ilegalidad, desigualdad, desempleo, falta de oportunidades, injusticias pero si Hiroshima se recupero de una bomba atómica Colombia puede liberarse de las personas con mal actuar, únicamente hay que creer en el cambio, para quitarle el queso a los ratones. No sé cuando “Colombia dejo de creer” pero hoy vuelve a soñar, desde lo más profundo de nuestras almas debe resurgir la esperanza, como el ave fénix Colombia puede salir de las cenizas, si cambiamos el gobierno eligiendo de la mejor forma, se puede esperar buena educación, buena salud, mas empleo más oportunidades, si cambiamos en nuestra mente la incredulidad algún día la burocracia, el nepotismo, la corrupción, el conflicto armado, únicamente serán un mal recuerdo y con orgullo ojala un día se pueda oír que  en las  malas actuaciones “Colombia dejo de creer” ya que cambio la idea necia de un “nada se puede hacer” con “el futuro está en nuestras manos”.


Luis Gabriel Rodriguez de la Rosa
Facultad de derecho
Universidad San Buenaventura de Cali

viernes, 18 de noviembre de 2011

MECANISMOS ALTERNATIVOS DE SOLUCION DE CONFLICTOS
MASC


Colombia es un estado social de derecho desde la promulgación de la constitución de 1991, carta magna y promotora de herramientas jurídicas en defensa de la dignidad humana, la justicia, la libertad y la paz, a fin de lograr un orden social, o mejor aún un “bien común”. La constitución revolucionó el derecho en Colombia, en su contenido afirma que busca la participación democrática y pluralista, promoviendo la prosperidad general y garantizando el cumplimiento de los derechos y deberes consagrados en su estructura. Esto es en otras palabras que la ciudadanía haga parte de la organización del estado  y tenga poder decisivo sobre situaciones que beneficien o la afecten, así como también sea capaz de buscar soluciones a sus conflictos por medio de los instrumentos que el derecho tiene a su disposición.  

Como es bien sabido toda sociedad tiene en su esencia conflictos, siempre habrán intereses  o posiciones contrarias personales que afecten los intereses colectivos o de otro individuo, en ese preciso instante se da origen a un conflicto, que en sí  puede tener varios motivos, un problema puede suscitarse por  la violación de un derecho, por las ganas de sobresalir, por un capricho, por una injusticia o por un castigo etc. En la esencia de la vida se halla el conflicto como parte integrante de la existencia. Ahora bien no quiere decir que la ausencia de conflictos sea la solución o el objetivo, la historia ha demostrado que los problemas son causa de evolución, de aprendizaje, EL CONFLICTO origina DESARROLLO, es la relación causa – efecto en una comunidad, las consecuencias parten de la solución de la discordia, pueden ser positivas o fatales. De ahí parte la importancia de intentar solucionar las discrepancias de la mejor manera, de la forma más justa, eficiente y eficaz.

El artículo 116 de la Carta Política es donde está estipulado que los particulares pueden ejercer la justicia en los términos que determine la ley, o en otras palabras permitió los MASC (mecanismos alternativos de solución de conflictos) según la corte constitucional el articulo “limita la responsabilidad del Estado frente a la administración de Justicia o analizada de otra manera, que en el tránsito a la democracia participativa en el Estado Social de Derecho, propende por el ejercicio participativo de los ciudadanos en la solución de sus propios conflictos, como una opción nueva de Justicia que implica crear procesos de consenso, en el entendido que la justicia alternativa no es obligatoria”.

Así las cosas los MASC son medios por los cuales la ciudadanía accede a la justicia con el fin de resolver sus conflictos de manera ágil y efectiva. Dichos mecanismos son la negociación, la amigable composición, la mediación, el arbitraje y la conciliación.  Cada uno de los cuales están regidos bajo determinadas circunstancias y debe cumplir ciertos requisitos para su utilización. La  ley otorga investidura a particulares con el fin de impartir justicia, siendo estos en su esencia totalmente imparciales, con un único fin, solucionar el conflicto. Ahora hablaremos a groso modo de los MASC ya que su estudio requiere profundización y el objetivo de este artículo únicamente es darlos a conocer y dejar ver a la sociedad que existen otras alternativas para el manejo de las discrepancias.  

Empezaremos hablando de la negociación directa, es el método más sencillo, también se le conoce como “transacción” y no tiene intermediarios, la solución del conflicto depende únicamente de las partes, tampoco tiene fuerza vinculante, extrajudicialmente se termina un litigio.

La amigable composición actúa únicamente en situaciones contractuales, en todo lo relativo a negocios jurídicos, en este mecanismo las partes que busquen la composición, delegan a un tercero  (amigable componedor) con el fin de resolver un conflicto. El amigable componedor atiende las posiciones y determina una solución que se materializa en un acta que tiene fuerza vinculante para las partes.

En la mediación un tercero dirige la negociación del conflicto, pero no tiene poder de decisión, no da puntos de vista, no da soluciones, únicamente media entre las partes para conservar la paz que permita solucionar un conflicto.

El arbitraje se lleva a cabo en un tribunal de arbitramento, y la decisión del árbitro tiene carácter vinculante, se dicta una sentencia que se denomina “laudo arbitral”. Las partes acuden al tribunal de arbitraje y pactan las condiciones en que se llevara a cabo el proceso. El fallo se puede dar en derecho o en equidad.

Y por último la conciliación que es el método más utilizado en la solución de conflictos, debido a que la ley 640 de 2001 en su artículo 35, estableció que la conciliación era requisito de procedibilidad en todos los casos susceptibles de conciliación por supuesto. La conciliación es un mecanismo a través del cual dos o más personas gestionan por sí mismas la solución de sus diferencias, con la ayuda de un tercero neutral y calificado, denominado conciliador.

Para concluir cabe resaltar que los MASC únicamente son herramientas que brinda el derecho con el fin de dar solución a los conflictos de manera pronta y efectiva, aunque en su creación también fueron creados con el fin de descongestionar la justicia, su teleología está en la solución de la gran mayoría de problemas susceptibles de convenios.  Se finaliza  entonces, diciendo que el acceso formal a la justicia no es la única alternativa de salida a los problemas, también existen mecanismos que pueden ayudar a resolver conflictos, se los debe tener en cuenta para llegar a ese “bien común”  que nos beneficia a toda la sociedad en general. El profesor Estanislao Zuleta afirmaba “El grado de civilización de una sociedad no se mide por la ausencia de conflictos, sino por la forma como estos se resuelven”.


Luis Gabriel Rodríguez de la Rosa
Facultad de derecho
Universidad San Buenaventura de Cali